¡¡¡Que el año que viene sea mejor que el que pasó!!! Siempre nos despedimos de un año diciendo una frase similar a esta. Será porque la vida tiene un biorritmo que sube y baja y que termina siendo una cinta moebius llegando siempre al mismo lugar y entonces iniciamos un año renovando las mismas esperanzas que se terminan con el último mes de año.
Tal vez la frase expresada sea porque el deseo humano es eso. Es autosuperación permanente. Si no se quisiera progresar no se sería humano, ya que no se conoce en los animales un sentimiento de ambición que lo lleve a querer un progreso, por lo tanto, el ambicionar una mejora es netamente humano. ¿Pero qué ambicionamos en ese deseo y qué hace que el año que viene sea mejor? El deseo que siempre expresa la frase en cuestión, generalmente apunta a un mejoramiento material, ya que la mejoría se asocia a un mejor bienestar económico que permita aumentar la calidad de vida y en el mundo dinamizado por el consumo masivo en el que vivimos si no se mejora económicamente se corre el riesgo de quedar etiquetado como mediocre o fracasado o al menos poco exitoso.
Durante un año pueden transcurrir muchas cosas que no queremos, entre ellas, que no tengamos la cantidad de trabajo que deseamos, que no encontremos al amor que tanto anhelamos, que nuestros seres queridos sean cada vez menos tangibles dejándonos sólo sus recuerdos, que la paz interior que intentamos encontrar demore su llegada, que las cosas materiales que decidimos comprar queden postergadas por falta de liquidez..., la lista podría seguir con cosas que uno no esperaba que ocurrieran en el transcurso del año que sería mejor que el anterior, lo que provoca que el año que pasó siempre sea mejorable.
Pero volviendo a la pregunta: ¿qué hace que un año sea mejor que el anterior? ¿Sólo que progresemos en nuestra posición financiera? La respuesta definitivamente es ¡NO! Aquellos adoradores del consumo, dirán que si no se logro cambiar el auto, irse de viaje, comprar alguna propiedad o simplemente aumentar el capital obtenido en años anteriores, no se habrá logrado merito alguno para decir que el año fue mejor.
Pero en fin, no todos los seres quieren ver el más allá de las cosas. Existen personas que en búsqueda de otro tipo de valores relegan lo material al nivel necesario para satisfacer las demandas requeridas para estar bien y punto y son ellas las que realmente desean un mejor año para el resto.
La búsqueda de amores reales, de misticismos que puedan rellenar los vacios que dejan la vida rutinaria y vacía de contenidos, el aumento de formación intelectual con el consecuente incremento de capital cultural personal, la profundización de valores morales que sirvan para que los códigos humanos se revaloricen, la búsqueda permanente de la luz interior que ilumine las sombras de la vida, el descarte sistemático de aquellos vicios o defectos que nos hagan infelices…, todo eso hace que si se logran los objetivos deseados un año sea mejor que el anterior.
Por todo eso y bregando por un equilibrio en la vida que permita que la triada cuerpo-mente-espíritu se imponga a los valores postmodernos del consumismo logrando una vida mucho más llevadera, cordial, iluminada y feliz es que les deseo realmente: ¡¡¡Que el año que viene sea mejor que el que pasó!!!
FELIZ 2010.
