viernes

Cuando digan ¡Basta!


Pequeños seres malignos que habitan lo más recóndito de nuestro ser serán los encargados de malinterpretar la vida. Y es que malinterpretar significa “no entender” por lo tanto, lo que estos seres estarían haciendo sería desconociendo e ignorando a la vida misma.
Quien sabe que son. Uno no puede determinarlo sin hacer un riguroso estudio que lo llevará a saber menos aún. Sólo se podrá averiguar que van carcomiendo el entorno, lo destruyen, lo debilitan, lo enferman.
Están en el interior de uno pero no se manifiestan hasta no ser un número lo suficientemente amplio como para destruir todo lo que tenga a su paso, sin importar si lo que destruyen es una vida, una familia, una sociedad…
No importará cuantas experiencias haya recogido esa vida, o que medida de amor haya habido en la familia, o cuantos casos en la sociedad… Sólo importará que cuando el tiempo ataque ya no tendremos barricadas para defender las trincheras orgánicas.
Al debilitar las defensas psicológicas y las que no lo son, administran el mal, y el tiempo determinado por éste es el que domina la situación haciendo notar que la vida pasa por el tiempo que esta viva, y en consecuencia es éste último el que se detiene. ¿Se detiene? ¿O es que siempre está detenido y los que pasamos somos nosotros?...
En fin o uno o lo otro son las agujas temporales las que clavándose en un número y quedando fijas para siempre dirán cuando llego el final.
Y esto ocurrirá justo en el momento en que aquellos seres malignos que conforman un cáncer digan basta.


Perdón por la onda negativa.

Aviso al público

EL CONTENIDO LITERARIO DE ESTE BLOG SE ENCUENTRA REGISTRADO Si quiere usarlo sólo pídalo, pero no copie. Respete al autor. Gracias.
(NO HAGA "LA GRAN BUCAY")
¡Hecha la aclaración: QUE DISFRUTE LA LECTURA!