Ante la avanzada de la censura impuesta por el gobierno (ver la nota más abajo) y la mirada inquisidora del Jefe, me veo en la obligación de repetir la entrada. ¡Toma pa vos Nestor!
¡Amo ese sillón!
Parece ser la frase preferida de nuestra señora primera dama, quien se da el lujoso gusto de gastar el dinero de nuestros impuestos en campañas proselitistas en el exterior sin siquiera pedir licencia en el congreso para no dejar de cobrar su sueldo de senadora.
Nuestra "esquisita" (leáse el significado en portugués al pie de página) primera dama intenta convencer a empresarios estadounidenses de que es ventajoso invertir en nuestro país con ella a la cabeza. La pregunta es ¿Pero no se consideraban un gobierno de extracción izquierdista y cercano al comandante Chavez? ¿Qué ha ocurrido con la señora, ha cambiado de opinión o es otro de los dobles discursos al que nos tiene acostumbrados?
Nuestra "esquisita" (leáse el significado en portugués al pie de página) primera dama intenta convencer a empresarios estadounidenses de que es ventajoso invertir en nuestro país con ella a la cabeza. La pregunta es ¿Pero no se consideraban un gobierno de extracción izquierdista y cercano al comandante Chavez? ¿Qué ha ocurrido con la señora, ha cambiado de opinión o es otro de los dobles discursos al que nos tiene acostumbrados?
La reina Kristina (tal es el mote que le han puesto en The New York Time) teme contactarse con la prensa de nuestro país y sólo le ofrece reportajes a los grandes medios mundiales pretendiendo así ocupar un lugar en las históricas páginas de la historia universal.
La primera dama otorga entrevistas a medios de comunicación importantes internacionales como la revista Time o el New York Post, quizás tratando de ir en búsqueda de aquella fama que la deje parada en la historia universal. Eliminando así la oportunidad de intervenir a medios locales, tal vez porque teme que nuestros periodistas que conocen los escándalos con la bolsa de dinero de la ministra de economía, o la valija del venezolano, o el caso Skanka, o el juicio a Carrió, o las sospechas sobre De vido, o su sociedad en Santa Cruz...,o...o tantas otras cosas, pregunten cosas "impertinentes" a una senadora.
El caso es que si llega a ganar la segunda vuelta (porque en primera no gana) deberemos soportar cuatro años más de poderío Kirchnerista con lo que implica esto...: más decretos firmados que Menem en 10 años, números dibujados, políticas demagógicas, proyectos rimbombantes que se quedan en los anuncios, etc, etc, etc.
Quizás debamos ir prendiendo velas a todos los santos para que no nos corten el gas ni la luz e ir pensando que en política los ceros a la izquierda si valen, ya que un aumento de 10% en los precios equivale a un 0,1 de inflación mensual.
Con todas estas desprolijidades, la censura reinante en los medios de comunicación, la falta de sinceridad y transparencia que se arrogan desde las palabras, lo único que falta por decir a la primera dama es: "Ahora vamos por el cambio, porque los billetes grandes los tiene Nestor."
Esquisita: raro, extravagante, de poco gusto.
La primera dama otorga entrevistas a medios de comunicación importantes internacionales como la revista Time o el New York Post, quizás tratando de ir en búsqueda de aquella fama que la deje parada en la historia universal. Eliminando así la oportunidad de intervenir a medios locales, tal vez porque teme que nuestros periodistas que conocen los escándalos con la bolsa de dinero de la ministra de economía, o la valija del venezolano, o el caso Skanka, o el juicio a Carrió, o las sospechas sobre De vido, o su sociedad en Santa Cruz...,o...o tantas otras cosas, pregunten cosas "impertinentes" a una senadora.
El caso es que si llega a ganar la segunda vuelta (porque en primera no gana) deberemos soportar cuatro años más de poderío Kirchnerista con lo que implica esto...: más decretos firmados que Menem en 10 años, números dibujados, políticas demagógicas, proyectos rimbombantes que se quedan en los anuncios, etc, etc, etc.
Quizás debamos ir prendiendo velas a todos los santos para que no nos corten el gas ni la luz e ir pensando que en política los ceros a la izquierda si valen, ya que un aumento de 10% en los precios equivale a un 0,1 de inflación mensual.
Con todas estas desprolijidades, la censura reinante en los medios de comunicación, la falta de sinceridad y transparencia que se arrogan desde las palabras, lo único que falta por decir a la primera dama es: "Ahora vamos por el cambio, porque los billetes grandes los tiene Nestor."
Esquisita: raro, extravagante, de poco gusto.
