martes

¿Eduardo Borolagna o Roberto Labacoto?

Y…si. Resulta que la vieja dicotomía radicales-peronistas, se ha transformado en una suerte de juego de quién acompaña más de cerca al poder matrimonial sin importar la ideología reinante.
Quizás la diferencia entre una cosa y otra es que, antes uno sabía quien estaba en posición contraria del otro. Ahora, parece ser que dentro de este nuevo grupo de dirigentes hay radicales que antes lo eran y ya no, peronistas que siempre fueron radicales, radicales que nunca fueron radicales, peronistas que siempre quisieron ser radicales, radicales que nunca quisieron ser peronistas, antiperonistas, antirradicales, peronistas de la vieja escuela, radicales de la nueva “Kamada”, radicales militantes de la juventud peronista y peronistas defensores del coti Nosiglia…
En fin..., sabemos que la clase dirigente es lo que nos refleja como sociedad aunque no lo querramos reconocer, pero lo cierto es que la anti-política de los acuerdos son nuestros votos. Por un lado votamos y por otro el votado hace lo que mayor conveniencia tenga a la hora de posicionarse en el poder.
Esto fue lo que hizo Roberto Lavagna, quien esperó que 3 millones de incrédulos radicales lo votaran para utilizar sus votos como estrategia para un acuerdo con su ex archi enemigo de nunca: el señor Kirchner, nada más ni nada menos para ser el vice del partido Justicialista.
Y Doña Rosa preguntaría: —Pero como.. no entiendo. ¿Lavagna no era candidato por lo radicales? ¿Y ahora es candidato a vice presidente del partido Justicialista?... Quedándonos sin respuesta lógica.
Este cambio de equipo, quizás en la política esté bien visto, desde la posición de encarar un apoyo para entablar las bases de un proyecto nacional y no ser acusado de poner piedras a la gobernabilidad … bla…bla…bla…, pero lo cierto es que en la vida común la gente no lo ve así, sino que lo toma como una mera traición a sus ideales votados. Teniendo en cuenta la política de revisionismo histórico que prevalece en estos años, es una lastima que no tengamos memoria para estas cosas...
Pero bueno haciendo gala de buen alumno y siguiendo a raja tabla los pasos de su maestro del camuflage político (Eduardo Borocoto) desde ahora a este señor (Lavagna) ex (¿ex?) ministro de economía habrá que rebautizarlo y llamarlo Eduardo Boro-lagna o Roberto Lava coto. ¿NO?

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