Vi en el horizonte azul
la tarde desmayar
e hinchándose de tristeza
a la noche aproximar.
La solidez del mar,
robando a la naturaleza
la luz crepuscular.
Casi encima del jardin
se movia y divisaba,
en la noche sin luna,
esa vela que sangraba.
El oceano inmenso
se llevaba para si,
mi querido querer
fue entonces que vino la nostalgia
y yo lloré...
Y juré con lagrimas en los ojos
jamas prenderme de un amor
que en ellos pusiera el rojo,
color cruel del dolor...