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Los animales en la literatura

Muchos de los lectores que asiduamente consumen libros pasan por alto la participación de los animales que forman parte de las historias que leen, pero no como síntoma de descuido sino como identificación absoluta con aquel personaje que aunque no humano, encarna una figura en la historia.

Tanta fuerza tiene el pacto de ficcionalidad que los lectores establecen con la literatura, que una vez inmersos en el universo de la imaginación son capaces de complacerse o compadecerse del destino de los personajes, a pesar de ser conscientes de que estos están construidos a fuerza de enunciados falsos. El principio de identificación está tan arraigado que funciona incluso cuando los protagonistas de las ficciones son animales, con independencia de que sean antropomórficos o no.

 


Porque, por los motivos que sean, los animales protagonizan historias inventadas por seres humanos desde los orígenes de la literatura. Los primeros ejemplos los tenemos en tablillas mesopotámicas que nos hablan de pájaros presuntuosos o de zorros astutos. Sin embargo, se suele considerar que la primera fábula la escribe Hesíodo en Los trabajos y los días en el siglo VII a.C. Aunque es en la literatura infantil donde los animales, frecuentemente con rasgos humanos, nos han desvelado muchos de los secretos de la naturaleza humana y ello a pesar de que un reciente estudio indica que las historias con animales humanizados confunden a los niños, en la literatura para adultos también han desempeñado un papel importante. ¿Qué sería de uno de los libros más importantes de la literatura universal sin una gran ballena blanca? ¿o que pasaría si Platero no existiera?, ¿quien sería peludo, suave y tan blando por fuera?

 


Para recordar la importancia de los animales en la literatura algunos portales han publlicado una infografía donde se recoge algunos de los más famosos. Ordenados cronológicamente en distintas etapas. Allí encontraremos animales de obras como Oliver Twist, Moby Dick, Belleza negra, los cuentos de Beatrix Potter, La llamada de lo salvaje, El viento entre los sauces, Winnie the Pooh, Rebelión en la granja o La telaraña de Carlota.

Nosotros agregamos los animales de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Caroll, o el mismísimo león parlante Aslam, rey del reino de Narnia.
Y para no dejar afuera de este listado a la literatura argentina podemos agregar algunos animales que han hecho de las suyas, letra a letra: Platero de Juan Ramón Jimenez, Manuelita la tortuga de María Elena Walsh o el más famoso e inteligente de todos los perros, el Mendieta de Roberto Fontanarrosa.
En fin, más allá, o no, de la razón inventada que poseen estos animales famosos, hay algo que los lectores no podrán hacer y es dejarlos en el olvido.

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