Desde que apareció el humo en la ciudad de Buenos Aires, los diarios que se dejan presionar por la poderosa herramienta que utiliza el gobierno para censurar, nada más ni nada menos que millones de pesos en publicidad, no han dejado de hablar del tema, olvidando algunos problemitas que estaban en camino.
El arreglo con el campo, la postergada visita de la señora presidenta a Inglaterra por la falta de propuestas sobre la soberanía de Malvinas, que vence el próximo marzo, los casos de corrupción dentro de la secretaría de medios, de la secretaría de medio ambiente, los vencimientos de los pagos de la deuda externa de este año, que superan los montos pagados a Venezuela por los bonos por los cuales el ministro de economía Losteau ha salido desesperado a aumentar las retenciones, y la poca mencionada "venta" de la construcción de gasoductos a Venezuela a cambio de adelantos en efectivo y bonos a varios años que pagaremos cuando los "Kapitales" ya no estén.
Pero sin querer pecar de sarcástico y considerando que sin obtener una explicación de porqué, siendo la quema de pastos una actividad habitual y anual, justo en este momento crítico de las relaciones del campo y el resto de la sociedad sembradas por el gobierno, el humo cubre la capital, ¿no será acaso una cortina de humo para evitar hablar de otros temas?
