No soy amigo de los chilenos, los considero un pueblo traicionero y desde la Gesta de Malvinas, cuando decidieron ayudar a Inglaterra con sus fuerzas antes que a su vecino y "hermano" país mucho más aún... pero una cosa no puede ser relacionada con otra.
Si bien es cierto que ninguno de los gobiernos democráticos que siguieron a la dictadura chilena, hizo un mea culpa y nos pidió perdón por el apoyo a Inglaterra, no podemos mezclar decisiones políticas con la desgracia que están viviendo aquellos que murieron, o los que quedaron vivos pero se han quedado sin nada... y que nada tuvieron que ver con un apoyo militar.
Los desastres naturales generan la salida de lo peor del ser humano, miseria, egoísmo, maldad... pero nosotros además le agregamos venganza o regocijo en la desgracia ajena.
Estoy de acuerdo en que la ayuda humanitaria primero tendría que aparecer para nuestros hermanos salteños por el terremoto y por el alud del año anterior (por el cual Kristina prometió casas que no han sido construidas), para los comodorenses (por el alud), para nuestros hermanos chaqueños por el hambre, para nuestros hermanos santafecinos por sus inundaciones y para muchos otros compatriotas que necesitan tanta ayuda como los chilenos, haitianos o portugueses que se hundieron en el barro, pero sin embargo no debemos negar la poca ayuda que podamos brindar.
En la medida que no comprendamos que la culpa de ser como somos no la tienen los demás sino nosotros mismos y de que por tener estas posturas soberbias, vengadoras y necias es más que comprensible que seamos poco queridos por el resto del mundo, no lograremos avanzar como sociedad ni madurar culturalmente como pretendemos.
De no tener un espacio reflexivo en nuestras mentes y de persistir estos sentimientos de odio y revanchismo en la gente, estoy seguro que la mayor ayuda humanitaria la necesitaremos nosotros para poder solucionar los graves problemas culturales que nos inundan como el peor de los tsunamis.
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