Calor
Nada mejor que tu voz suave
para cantarle oda a la vida,
rozándola con silbidos
para cantarle oda a la vida,
rozándola con silbidos
en una noche encendida.
Encandila la pasión
de dos cuerpos encontrados,
ofreciendo su calor
y su deseo intimidado.
¿Acaso debo esperar
que comience el invierno?
mi espíritu sufre y ruega
que el tiempo no se haga eterno.
Para que abrigue a mi alma
del frío del desamor en la aurora.
La llama de tu calidez,
mi cuerpo pide e implora.
Y un disparo fuerte y artero
salió de tu piel que es blanca y perfuma,
atravesando la estela y recorriendo un sendero
Llenándome de placer… goce y dulzura.
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