Que importante me pareció la noticia de la decisión tomada por los legisladores rionegrinos, aprobando una ley que le otorga el derecho a un paciente terminal a negarse a recibir un tratamiento, si éste considera que no servirá para su recuperación, y en consecuencia poder terminar su vida con mayor dignidad.
Felicitaciones a los legisladores de Río Negro por este pensamiento de avanzada.
Demostraron que no sólo en el primer mundo se acuerdan de que la vida y la dignidad de esa vida deben estar por encima de cualquier precepto religioso que se interponga.
Una vez más ha primado el raciocinio y no el fanatismo. Loas a la decisión.