


Visitando el blog de una amiga llamado así, se me ocurrió buscar y hallé esta sorprendente mina de diamantes en Rusia que puede ser considerada como el ombligo del mundo...
Los ojos hinchados, los oídos despiertos a sensaciones musicales y los pensamientos alertas. El insomnio tiene su lado positivo. No todo es pesadumbre y deseos frustrados de no lograr el sueño querido.
Es la noche gorda con su pesado sobrepeso que nos aplasta sobre las espaldas y no termina de concluir su misión. La de pasar hasta la mañana siguiente. Parecería ser como que la que duerme es ella para nunca más despertar y sostener mi vigilia a la espera del amanecer.
Los parpados bajos obligan a mantener la oscuridad necesaria para poder obtener la conciliación del sueño, pero no hay ceguera que lo logre. Debajo de ellos se desarrolla todo un film completo con imágenes pensadas que no son sueños. Imágenes recordadas, imaginadas. Y es así.
Los números del reloj se agrandan cada vez más. A los pocos que había de pasadas la una, se sumaron varias vueltas que llegan a tres con cuarenta, lo que suma un total de casi doscientos minutos de desconcierto.
Desconcierto que por otro lado es concierto, ya que suena música sin parar almacenad en la computadora, sucediéndose así temas de jazz, de rock sinfónico, de progresivo nacional como mezclándose para un imaginario debate de gustos y deleitando de los noctámbulos sueños que no son.
Pensamientos de las tareas que vendrán, de los momentos vividos y de los futuros serán una mezcla incoherente con los deseos que comparten imaginaciones de lo que debería ocurrir para alcanzar esa tan deseada paz que permita el descanso.
Sonidos, imágenes y ahora palabras escritas forman parte del universo del insomnio que se resiste a la mudanza de persona. Está muy cómodo el turro en mi cabeza, que a juzgar por su consistencia debería compararlo con un quiste, de esos que sólo mediante una intervención quirúrgica salen de su alojamiento.
Pero quizás esta intrusada sea sólo por hoy… si, es así. Porque el próximo insomnio se ubicará en el día de mañana. Por hoy sólo tengo éste insomnio… mañana será otro. No es siempre el mismo… rotan, son como entes separados que van viendo en que cabeza desocupada introducirse.
Bueno creo que es muy tarde y quiero dormir. Los minutos siguen muriendo… El reloj va a estallar de tanto que corre. No hay forma de descanso alternativo, “te llevo bajo mi piel” cantaba Diana Krall o quien sabe quien ¡ya no sé quien era! … creo que eran voces en mi cabeza que le hablaban al insomnio.
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Quizás el mundo en el que vivimos actualmente esté más desarrollado que en mi niñez, más sofisticado, e inclusive con mayores adelantos científicos y sociales en todos los ámbitos que involucren la vida cotidiana. Lo que no puedo entender es porque la superficialidad ganó tanto terreno y me pregunto si vino de la mano del desarrollo del capitalismo (y atención que no comulgo con otro sistema que se aleje de lo liberal) o de la exacerbada frivolización de la economía que se olvida de los fundamentos esenciales de la vida, y enmarca todas las cosas que la componen en un concepto comercial sin límites.
Esta globalización del concepto comercial, llevó inevitablemente a los negocios o empresas a que se le dieran suma importancia al lugar de la imagen empresarial. En consecuencia y como pueden verse en los shoppings o en los comercios de primeras marcas, el merchandising que tiene es quizás, a veces, más vistoso que el producto adquirido.
Existen muchísimos rubros comerciales en nuestra sociedad, pero creo que ninguno tan vil como es el que lucra con la muerte de las personas. Un negocio, que se beneficia con la desgracia ajena, como buitres sobrevolando a un abandonado en un desierto. Siempre consideré a los “funebreros” como personas de baja calaña, (que me disculpen si se ofenden, pero así pienso.) y hasta llegué a compararlos con estafadores profesionales que aprovechándose de un momento de dolor ofrecen cajones y servicios cada vez más caros, sabiendo que el familiar que lo solicita no irá a buscar precios a otros lugares y en consecuencia es abusado iptso facto.
No tengo una formación religiosa y no creo en estructuras eclesiásticas, por lo que el rito de un velatorio en mi caso no obedece más que a un mandato familiar por acostumbramiento, que me he propuesto romper con la muerte de mi madre, con esto quiero aclarar que no me siento obligado espiritualmente en realizar tal costumbre, ya que creo que no muere el que se ama porque trasciende su alma. Es este pensamiento el que me llevó a realizar la cremación del cuerpo de mi madre, el que con mucha sorpresa recibí en la urna correspondiente, pero dentro de una bolsa muy “paqueta” que se parecía más al packashing entregado en un shopping que al acorde a las circunstancias acontecidas.
Llevar restos humanos en una bolsita muy elegante que pregona “todo en el mismo lugar…”, incita la reflexión, de que en estos tiempos modernos la economía domina en todos los ámbitos de la vida, haciendo que la muerte se haya frivolizado al punto tal de confundirse con un producto más, sin saber si es más importante comprar un celular, una remera o morirse…, en fin, en definitiva, está todo tan mezclado que le voy a dar la razón al packashing … “todo en el mismo lugar…” una remera o un muerto.
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Letra: Luis Alberto Spinetta.
Toda la vida tiene música hoy todas las cosas tienen música del sol de los hombres. Todas las cosas tienen música hoy todos los hombres tienen música del sol de la calle. Y a ti amor, te veo tan distante, que no se si correr. No se si eres blanca, o si lloras por algo. Entre tanto silencio mientras todo estalla. El lirio pierde su color temprano las aves blancas su placer elevan ya en el aire. Toda la vida tiene música hoy y cada tonta cosa es música del sol de la tarde. Y a tí amor, te veo tan distante, tan perdida en la luz, cruzada por mundos, empapada en anís, pendiendo del tiempo, besando tus marcas. Toda la vida tiene música hoy, y tu respuesta tiene música del sol aunque calles.
A ti te estoy hablando a ti, a ti la que no escucha, A ti que con lo que te sobra me darías la luz para encender los días, A ti que juegas a ganarme cuando sabes bien que lo he perdido todo, A ti te estoy hablando a ti aunque te importe poco, lo que estoy diciendo. A ti te estoy hablando a ti aunque es perder el tiempo, A ti que te paso tan lejos el rigor del llanto y la melancolía, Si nunca dije la verdad fue porque la verdad siempre fue una mentira, A ti te estoy hablando a ti aunque te valga madre lo que estoy diciendo. A ti que te falto el valor para pelear por ti, A ti que te consuelas con cubrirte de Channel..., A ti ya no te queda nada, A ti ya no te queda nada, nada. A ti que por despecho estas pensando con los pies, A ti que me dejaste solo incluso cuando estabas en mi compañía, A ti ya no te queda nada, A ti ya no te queda nada, nada. A ti te estoy hablando a ti tan sorda y resignada, A ti que duermes con tu orgullo y te dejas tocar con tu rencor barato, A ti que te gusta ir de mártir repartiendo culpas que son solo tuyas, A ti te estoy hablando a ti porque no hay nadie más que entienda lo que digo. A ti que te falto el valor para pelear..., A ti que te consuelas con cubrirte de Channel... A ti ya no te queda nada, A ti ya no te queda nada, nada.
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